En 2010 un empleado de Toyota Motor, de 40 años de edad en ese momento, se suicidó porque cayó en depresión por el exceso de trabajo y por el acoso de su jefe. Hoy el Tribunal Superior de Nagoya revocó la sentencia en primera instancia que desestimó el reclamó contra la automotriz y admitió el caso como accidente laboral.
El juez tampoco consideró válido el informe de la Oficina de Supervisión de Normas Laborales de la propia Toyota que no admitió el reclamo como accidente relacionado al trabajo.
Según la sentencia en primera instancia, el hombre se incorporó a la empresa en 1990 y desde abril de 2008 estuvo involucrado en el lanzamiento de una línea de producción de piezas para el modelo Prius.
En octubre de 2009 cayó en depresión y en enero de 2010 se quitó la vida. Su esposa pidió una indemnización por accidente laboral, pero en 2012 Toyota decidió no pagarla en base al informe de su oficina de normal laborales.
En julio de 2020, el Tribunal de Distrito de Nagoya desestimó la denuncia por depresión diciendo que “no se encontró una relación causal con el trabajo”. (RI/NI)
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