“Soy yo”, dice el estafador por teléfono. Su interlocutor es una persona anciana a la que trata de hacer creer que es su hijo o nieto y que está en apuros económicos. Necesita dinero y llama en busca de ayuda.
Es una modalidad de estafa muy extendida en Japón. Un ardid típico por parte del delincuente es decir que ha perdido un maletín con dinero de la empresa para la cual trabaja y que debe reponerlo de inmediato.
Cuando la víctima traga el anzuelo, el estafador le pide que le transfiera una suma determinada a una cuenta bancaria o le dice que va a mandar a un colega a su casa a recoger el dinero (el ladrón no puede ir, obviamente, pues el anciano se daría cuenta de que no es su hijo o nieto).
Si bien la policía japonesa realiza campañas para advertir a las posibles víctimas de estos embustes, hace falta más para detenerlos.
La policía del distrito de Minami, en la ciudad de Nagoya, está ofreciendo una recompensa de 10 mil yenes (92 dólares) por ayudar en la captura de los estafadores, revela el portal SoraNews24.
¿Quiénes pueden recibir el monto señalado?
Las personas que luego de recibir una llamada de un estafador que finge ser un pariente en problemas avisen a la policía y colaboren con ella en la identificación del delincuente.
Con esta iniciativa, la policía no solo espera atrapar a los estafadores, sino también crear mayor conciencia sobre esta modalidad delictiva y, por ende, alertar a las potenciales víctimas. (International Press)
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