Con la venta de la participación del 1,5% de Nissan Motor en la automotriz alemana Daimler, la fabricante japonesa acaba con una improductiva operación realizada por su expresidente, Carlos Ghosn, hoy prófugo de la justicia local.
Las acciones en Daimler se venderán a inversores institucionales a finales de junio, según anunció Nissan esta semana. La empresa dijo que en esta operación ganará alrededor de 1,15 mil millones de euros (1,38 mil millones de dólares), a un precio de 69,85 euros por acción, un ingreso que se invertirá en el área de vehículos eléctricos de la compañía.
El diario Nikkei dijo que la empresa alemana no ha revelado ningún plan para sus acciones de 3,1% en Nissan e igual cifra en Renault. A instancias de Ghosn, estas dos empresas compraron en 2010 una participación combinada de 3,1% en Daimler.
El expresidente de Nissan vendió la idea de que una sociedad con Renault y Daimler iba a abaratar costos de desarrollo y aumentar las ganancias para competir con Toyota, Volkswagen y BMW. En 2015, en una presentación en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt, Ghosn presentó 13 proyectos conjuntos, pero los resultados dejaron mucho que desear.
La planta operada conjuntamente por estás fabricantes en México, entró en funcionamiento en 2017 y produjo compactos bajo las marcas de lujo Infiniti y Mercedez-Benz, pero las lentas ventas en EEUU dejaron a la planta muy por debajo de su capacidad de producción anual de 230.000 unidades. En 2019 produjo 90.000 coches y el año pasado llegó a 106.000.
En 2014, Nissan había comenzado a utilizar motores Daimler en su principal sedán, el Skyline, pero desde entonces ha cambiado a motores de su propia marca. Tras la detención de Ghosn en 2018, la colaboración entre Nissan y Daimler se estancó y las acciones han llegado a tener poca utilidad para la fabricante japonesa. (RI/International Press)
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