La escritora Ichie Watanabe vio por TV la explosión de un reactor de la planta nuclear de Fukushima el 12 de marzo de 2011, un día después del terremoto y el tsunami que azotaron a la región de Tohoku.
En agosto de ese año, la mujer que reside en Tokio visitó Fukushima para averiguar el estado de las cosas in situ y ayudar a los supervivientes.
Desde entonces lleva casi diez años viajando con regularidad a la prefectura para contribuir a su reconstrucción.
La escritora de 76 años se ha convertido en una voz que transmite al resto de Japón la situación real en Fukushima, que no coincide con la percepción que tienen los japoneses que no residen en la prefectura
Además, trabaja para mantener vivo el recuerdo de lo ocurrido tras el accidente nuclear.
En declaraciones a Kyodo, Watanabe sostiene que Fukushima parece haber desaparecido del radar en el resto de Japón, con la atención de los japoneses puesta en otros problemas, como el coronavirus.
Watanabe recoge los sentimientos, deseos y necesidades de los habitantes de Fukushima, y los transmite al resto del país a través de revistas, libros y eventos. Se considera una especie de puente entre ambas partes.
La mujer afirma que la reconstrucción no debe enfocarse únicamente en proyectos de infraestructura. «Podemos decir que la reconstrucción finalmente se consigue cuando los residentes pueden vivir en paz y seguridad», dice.
10 años después de la catástrofe, más de 30 mil evacuados de Fukushima viven fueran de la prefectura, según datos oficiales. (International Press)
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