Las declaraciones del ministro de Reforma Administrativa, Taro Kono, sobre la realización de los Juegos Olímpicos causó una tormenta mediática internacional que las interpretó como una suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio.
“Dada la situación del coronavirus, todo puede ocurrir”, dijo Kono a la prensa. Aunque matizó asegurando que el gobierno nipón prepara “firmemente” los JJOO, no fue suficiente para que el mundo leyera en sus palabras el primer signo de que Japón empezaba a cambiar de opinión.
Hoy domingo, Japón salió a cortar la corriente renovando su compromiso con la celebración de los juegos en el verano de este año tras su aplazamiento en 2020 por el coronavirus.
«Hemos decidido los lugares y los horarios, mientas las personas involucradas están trabajando en los preparativos, incluido el control de infecciones», dijo en un programa de televisión el secretario jefe del gabinete, Katsunobu Kato, el principal portavoz del gobierno.
Las declaraciones de Kono ocurrieron días después de que un importante miembro del Comité Olímpico Internacional dijera a la BBC que consideraba que no había garantías para que la organización de los juegos siga adelante.
Entre tanto, en plena declaración de emergencia para contener la expansión del COVID-19, el Gobierno Metropolitano de Tokio aplazó las exhibiciones de la antorcha olímpica “para reducir el flujo de personas y la mayor propagación del virus”.
La antorcha había estado en exhibición en ciertos municipios a fines del año pasado y debían reiniciarse el pasado jueves 7 en Tokio. Todas las exhibiciones han sido pospuestas hasta fines de enero. (International Press)
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