La presión y el entorno social, la mirada -y el juicio- del vecino y el colega, ejercen una gran influencia en la vida de las personas en Japón.
A todos (o casi) les preocupa contraer el coronavirus, pero en el país asiático la inquietud de la gran mayoría no proviene tanto de los problemas que el virus podría ocasionar a su salud como del estigma social que implicaría ser señalados como infectados.
El 67 % de los japoneses está más preocupado acerca del juicio de sus vecinos y compañeros de trabajo que de los peligros para su salud si contraen el virus, según una encuesta de Asahi Shimbun.
La proporción se compone del 26 % que está preocupado en “gran medida» y el 41 % «hasta cierto punto».
Si a ese 67 % le añadimos el 23 % que dice que no le preocupa tanto (pero la inquietud está), llegamos a 90 %.
Solo al 9 % no le importa en absoluto el estigma social.
La preocupación por la reprobación social es mayor entre las personas en edad de trabajar (74 %).
El 77 % de encuestados opina que una persona tiene la culpa de contraer el virus si ha salido de su casa pese a la solicitud de las autoridades para confinarse.
Incluso entre quienes están preocupados por la posibilidad de desarrollar síntomas graves si se infectan (42 % de encuestados), un mayoritario 66 % teme más la opinión de los demás que el daño a su propia salud.
Por otro lado, el 35 % dice que usa mascarillas más por conformidad social que como medida de prevención.
2.126 personas de todo Japón respondieron a la encuesta de Asahi entre noviembre y diciembre. (International Press)
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