En todo el mundo se ha destacado la heroica labor del personal médico contra el coronavirus. Son nuestra primera línea de defensa. Sin embargo, así como han recibido aplausos y reconocimientos, también han sido víctimas de maltratos.
El 20,5 % de las enfermeras en Japón ha experimentado discriminación o prejuicios, según un estudio realizado a aproximadamente 38 mil personas por la Asociación Japonesa de Enfermería, informó Mainichi Shimbun.
Una de las personas encuestadas contó que la habían acusado de propagar el virus. Hasta los pacientes pueden ser agresores. Una enfermera, vestida con un equipo de protección como manda el protocolo para evitar el contagio, tuvo que aguantar el reclamo de un enfadado enfermo de covid-19 que le dijo que exageraba con su vestimenta.
Por otro lado, el 15,4 % de los hospitales en Japón ha sufrido la renuncia de enfermeras.
La investigación se realizó en septiembre e indagó la situación de las enfermeras durante la primera ola del virus (en abril el gobierno de Japón decretó el estado de emergencia para contener su expansión).
La situación, hoy, en medio de la tercera ola, seguramente es peor para el personal de enfermería, sostiene la presidenta de la organización, Toshiko Fukui.
La mujer advirtió de que la carga de trabajo de las enfermeras ha aumentado. Por ejemplo, ahora a veces tienen que cambiar y limpiar las sábanas de los pacientes con covid-19, en lugar de los trabajadores de limpieza, para impedir que el virus se propague.
Fukui alertó de que se está llegando a una situación límite e hizo un llamado al público para que entienda que los insultos o ataques al personal de salud pueden provocar que las enfermeras dejen de trabajar.
Por otro lado, muchos hospitales buscan reducir los salarios y bonificaciones ante la disminución de pacientes que no acuden a atenderse por miedo a contraer el virus.
Esto probablemente también ha influido en la decisión de las enfermeras de renunciar. (International Press)
Be the first to comment