Los residentes chinos en Japón están siendo objetivo de estafas de personas que se hacen pasar por funcionarios del gobierno chino que amenazan a las víctimas con la cancelación de sus visas o con la repatriación forzosa si no pagan dinero.
El diario Nikkei reportó a principios de septiembre que una mujer china de unos 30 años que vivía en Osaka recibió una llamada a su teléfono móvil de un hombre que declaró ser de la embajada china.
“Hemos arrestado a alguien con un pasaporte que parece estar falsificado con su nombre”, le dijeron. “Se le prohibirá volver a entrar a China a menos que pague una tarifa para levantar la prohibición”, añadió la voz. Asustada, la mujer siguió las instrucciones del hombre y transfirió 3 millones de yenes (US$29.000) a una cuenta bancaria.
En mayo, otra mujer china en Osaka recibió una llamada similar. “Un hombre en Pekín tiene su pasaporte”, le informaron. “Tendremos que cancelar su visa”. Poco después, una persona que afirmó ser oficial de la policía china le dijo que su cuenta bancaria estaba siendo utilizada para el lavado de dinero y le enviaron la imagen de una orden de arresto falsificada con su fotografía a través de una aplicación de mensajería.
Aterrada por una posible detención, la mujer transfirió a una cuenta bancaria designada 7,65 millones de yenes en efectivo (US$73.700). Luego perdió contacto con el supuesto policía.
En agosto de este año, la policía de Osaka arrestó a un taiwanés de 20 años bajo la sospecha de haber obtenido dinero con esta modalidad. Otros dos taiwaneses que estaban involucrados huyeron hacia su país.
Hasta el pasado miércoles 16 de diciembre, la policía japonesa investigaba 23 casos de estafa de personas que se hacían pasar por funcionarios de la embajada y de otras dependencias públicas chinas. Los daños ya ascienden a unos 54,6 millones de yenes.
Al mismo tiempo, desde enero de este año se han reportado 20 denuncias de residentes chinos en Tokio que han sido estafados con la misma modalidad.
Hasta finales de junio de este año habían 780.000 residentes chinos en Japón, 16% más que hace 10 años. Los estafadores han enfocado sus fechorías sobre ellos porque saben que los chinos creen y temen mucho en el poder de los funcionarios de gobierno de su país.
La mayoría de estas llamadas proceden de China y Taiwán y se concentran en los residentes chinos en Japón a sabiendas que la policía nipona tendrá dificultades para investigarlos. Desde septiembre, la policía de Osaka ha comenzado a publicar y distribuir carteles en universidades con gran número de alumnos extranjeros para advertir sobre este tipo de fraudes.
Citando a la empresa Tobila Systems de Nagoya, que da servicios de bloqueo de llamadas molestas, el Nikkei informó que desde septiembre ha aumentado drásticamente la cantidad de llamadas provenientes de códigos de países ficticios con prefijos +83 y +422. En algunos días se han registrado hasta 5.000 llamadas que apuntan a los residentes extranjeros en Japón.
Tobila Systems ha pedido no contestar llamadas de números desconocidos o de llamadas internacionales que comienzan con la marca “+”. (Resumen International Press)
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