La semana pasada, publicamos una nota sobre la polémica generada en redes sociales por un comercial de Nike, que a través de la historia de tres niñas que juegan fútbol muestra el ijime (abuso) y el racismo que hay en Japón.
La controversia, lejos de menguar, ha llegado hasta medios importantes, como la agencia Kyodo, que informa de que numerosas personas en Japón han expresado su rechazo a la manera en que el aviso describe a Japón, como si todos fueran racistas.
Muchos japoneses han llegado más lejos, haciendo pública su intención de deshacerse de sus productos Nike o boicotear a la marca deportiva.
El comercial es protagonizado por una niña que sufre ijime en la escuela, una chica de padre negro y madre japonesa señalada por su color de piel y su cabello rizado, y una estudiante de origen coreano, objeto de miradas de rechazo en la calle cuando camina con un traje típico de la cultura de sus ancestros.
Con las historias, basadas en experiencias reales de deportistas (como la tenista Naomi Osaka, de padre haitiano y madre japonesa), Nike busca transmitir el mensaje de que no hay que resignarse al statu quo y alentar a las personas a enfrentar las barreras de los prejuicios o la discriminación.
Mientras esto se escribe, el video tiene más de 11 millones de visitas en YouTube, más de 87 mil “me gusta” y alrededor de 67 mil “no me gusta”, lo que evidencia la división de opiniones.
Sin embargo, las cifras muestran que las personas que aprueban el anuncio superan a quienes no. Incluso un usuario pide que otras compañías sigan el ejemplo de Nike.
Además, el comercial ha cumplido su propósito en algunas personas, que han visto reflejadas sus experiencias en el video.
Una chica contó en Twitter que fue víctima de ijime por su condición de hafu (mestiza). Tanto le afectó que llegó a no gustarle su identidad. El anuncio cambió su percepción. «Ver esto me dio valor para creer que puedo gustarme más de lo que me gustaba hasta ahora», escribió. (International Press)
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