Entre mayo y julio de este año, el número de embarazos notificados en Japón cayó un 11,4 % respecto al año anterior, mientras que el de matrimonios durante el mismo período descendió un 36,9 % interanual.
Estas preocupantes cifras, más aún si consideramos que en 2019 el número de nacimientos en el país asiático se redujo un 5,8 % a aproximadamente 865.000 (un mínimo histórico), muestran el agravamiento de la crisis demográfica en Japón.
El ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, se refirió a la baja tasa de natalidad de su país como una “crisis nacional”, recuerda Reuters.
Masaji Matsuyama, exministro que supervisa el asunto de la disminución de los nacimientos, advierte de que el si el número de recién nacidos sigue cayendo, los actuales sistemas, como el de seguridad social, no serán viables.
En sus declaraciones a la agencia de noticias, el experto alerta de “una crisis en la que está en juego la propia existencia de Japón tal como lo conocemos».
Japón tiene la sociedad con la mayor proporción de ancianos del mundo.
Mientras tanto, Hideo Kumano, economista del Instituto de Investigación Dai-ichi Life, afirma que la situación es muy grave: «Los efectos negativos podrían mantenerse, con la crisis económica que lleva a menos matrimonios y luego a menos nacimientos».
22 economistas sondeados por el diario Nikkei pronostican que la economía japonesa no regresará a los niveles previos a la pandemia antes de 2024.
Sin una buena situación económica, ni perspectivas de mejora, menos gente se casará y tendrá hijos. La mayoría de nacimientos en Japón se produce dentro del matrimonio. (International Press)
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