Naomi Osaka puede parecer una persona tímida o intimidada por la exposición pública y mediática, pero no se corta para alzar la voz contra el racismo.
El sábado pasado, la tenista japonesa conquistó su tercer Grand Slam tras imponerse a Victoria Azarenka en la final del Abierto de Estados Unidos, llamando la atención no solo por su proeza deportiva, sino también por las mascarillas que utilizó antes de cada partido.
Naomi lució siete mascarillas -una por cada match- con los nombres de víctimas del racismo, como George Floyd.
Su apoyo al movimiento Black Lives Matter está generando un impacto positivo en Japón, según Reuters, que entrevistó a personas en Tokio que celebraron el triunfo de Naomi en EE. UU.
Mari Maeda, de 16 años, dijo sentirse “muy feliz” de que la tenista, una persona influyente, “haya dicho ‘Black Lives Matter’ en un lugar público».
«Estoy feliz de que su mensaje haya sido recibido no solo en Estados Unidos, sino también en el mundo, incluyendo a Japón».
Por su parte, Kazuyoshi Hosoya, que declaró haber “saltado de alegría” por la victoria de Naomi, dijo que le parece increíble que la tenista haya conseguido usar las siete mascarillas con los nombres de víctimas de la discriminación racial.
La protesta de Naomi ha causado efectos positivos incluso entre quienes no están interesados en el tema del racismo, como el oficinista Masateru Tanimoto.
El tokiota confesó a Reuters que el asunto no le interesa, pero subrayó que es bueno que se haya convertido en materia de discusión.
Mientras tanto, Naomi Osaka calificó como “bastante triste” que siete mascarillas no alcancen para los nombres de todas las víctimas del racismo, y subrayó la importancia de que se hable del tema. (International Press)
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