La vacuna contra el Covid-19, siendo realistas, está lejos (los expertos dicen que -en un escenario optimista- estará lista el próximo año) y, además de las cuarentenas y la higiene, solo queda recurrir a fármacos (como Avigan) o tratamientos ya existentes para reducir lo máximo posible el número de muertes.
Uno de esos tratamientos, muy antiguo, tanto que se utilizó durante la lucha contra la llamada gripe española hace más de un siglo, implica utilizar el plasma (la parte de la sangre que contiene anticuerpos) de las personas que ya se han recuperado de la enfermedad.
El método se está probando en Nueva York. El Hospital Mount Sinai ha inyectado a más de 20 pacientes muy enfermos el llamado «suero convaleciente».
El Dr. Jeffrey Jhang, director médico de laboratorios clínicos y servicios de transfusión, declaró a NBC que están “cruzando los dedos” para que el tratamiento con los anticuerpos funcione.
La terapia se ha utilizado en China con buenos resultados.
En Mount Sinai han dado un gran paso adelante en las investigaciones, pues mientras otras pruebas pueden detectar si el anticuerpo está en la sangre, ellos también pueden determinar qué cantidad de anticuerpos existe.
¿Por qué eso es importante? Porque permite identificar a los donantes que tienen una gran cantidad de anticuerpos, explica Yang. Se cree que mientras más haya, más eficaz será el tratamiento.
El hospital está autorizado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para realizar las pruebas. La FDA notificó a las instituciones médicas que se necesita realizar más ensayos clínicos antes de administrar de manera rutinaria el plasma a los pacientes.
Cada donante proporciona el equivalente a cuatro dosis de plasma. En Mount Sinai, se administran dos dosis a los pacientes más enfermos.
Uno de los donantes es Danny Riemer, un hombre de 37 años que dice que su esposa y él se sienten «bendecidos» de haberse curado de la enfermedad y poder ayudar a otros con su plasma.
«Es casi como si un superviviente pudiera pasar la balsa salvavidas a la siguiente persona que la necesita», añade.
Por otro lado, el Dr. Arturo Casadevall, médico de la Universidad Johns Hopkins, lidera una iniciativa nacional que involucra a más de 40 grandes instituciones médicas de EEUU para recolectar plasma sanguíneo de pacientes recuperados de Covid-19 para tratar a los enfermos.
Casadevall enfatiza que la ventaja del plasma es que está disponible de inmediato y que es más eficaz cuando se emplea conjuntamente con medicamentos. Es decir, no reemplaza a los fármacos, sino que los complementa.
El plasma sanguíneo de los pacientes recuperados podría ayudar no solo a la curación de un enfermo, sino también a evitar que una persona contraiga la enfermedad. Una luz asoma al final del túnel. (International Press)
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