La Oficina de Inmigración de Osaka justificó su actuación en el caso del peruano que ha demandado al gobierno de Japón por los daños mentales y físicos que sufrió por ser encerrado con esposas en una celda durante más de 14 horas.
Las autoridades de inmigración dijeron que fue necesario usar la fuerza para controlar al nikkei peruano de 46 años porque “estaba siendo violento».
El nikkei peruano se arrojó contra la pared varias veces para salir de la celda donde estaba, según los funcionarios de inmigración.
El 20 de diciembre de 2017, alrededor del mediodía, el hombre fue llevado a una celda solitaria en la Oficina Regional de Inmigración de Osaka después de quejarse de la comida y ponerse violento, según Kyodo.
A las 9 p. m., un oficial abrió la puerta de la celda y el peruano intentó salir. Varios guardias lo sujetaron boca abajo para neutralizarlo. Luego lo esposaron con los brazos a la espalda y lo mantuvieron en la celda durante más de 14 horas.
Al día siguiente, tenía el brazo izquierdo hinchado y un fuerte dolor. Fue llevado a un médico que lo examinó y diagnosticó fractura.
La defensa legal sostiene que el uso de la fuerza por parte de los oficiales de inmigración fue excesivo, y que lo que hicieron “fue degradante y equivalente a tortura”. Además, asegura que el detenido no se resistió, revela Asahi Shimbun.
El peruano, que estaba detenido agosto de 2017 por permanecer en Japón de manera ilegal, exige una compensación de aproximadamente 2 millones de yenes (unos 18 mil dólares) a través de una demanda presentada en el Tribunal de Distrito de Osaka. (International Press)
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