Los profesores de las escuelas de secundaria en Japón trabajaron un promedio de 56 horas semanales en 2018, la cifra más alta entre las 48 economías que participaron en un estudio elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Con el fin de atajar el exceso de trabajo, el Parlamento de Japón aprobó una ley que establece un tope de 45 horas extras al mes para los profesores de escuelas públicas, informó Mainichi Shimbun.
Además, la norma ofrecerá a los gobiernos locales la opción de que los docentes trabajen más horas en periodos con alta carga laboral (por ejemplo, en abril, mes del inicio del año académico) a cambio de que disfruten de más días libres mientras los estudiantes están en vacaciones de verano.
Eso sí, el aumento de las horas de trabajo en los periodos de mayor carga laboral serán viables siempre y cuando no se incumpla el límite de horas extras mensuales (45).
La oposición ha expresado su rechazo a la ley, arguyendo que en las temporadas de más demanda (abril, para seguir el ejemplo), la carga laboral de los profesores será mayor aún, aumentando el riesgo de muertes por exceso de trabajo.
En otas palabras, la norma ocasionaría lo contrario de lo que teóricamente busca. En vez de trabajar menos, los maestros trabajarían más.
¿Pero no tendrían más libres en verano? Los detractores sostienen que los profesores no pueden tomar muchos días de descanso en verano, pues deben participar en sesiones de capacitación o supervisar a estudiantes involucrados en actividades extracurriculares. La misma razón esgrimen los maestros -los supuestos beneficiarios- que se oponen a la norma. También creen que probablemente tendrán que trabajar más.
¿Qué propone la oposición? Contratar a más profesores.
El nuevo sistema comenzará a aplicarse en el año fiscal 2021 (International Press)
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