La escasez de mano de obra y el envejecimiento de la fuerza laboral en Japón están empujando a compañías de construccion, uno de los sectores más afectados, a reforzar su inversión en robots e inteligencia artificial.
Por ejemplo, la constructora Shimizu ha invertido alrededor de 3 mil millones de yenes (unos 27 millones de dólares) en robots durante tres años, revela Reuters.
Las máquinas están equipadas con inteligencia artificial, cámaras y sensores de última generación, y son capaces de una amplia gama de tareas, desde transportar materiales de construcción y soldar acero hasta instalar techos.
Shimizu apunta a que tres cuartas partes del trabajo se automatice, a medida que la tecnología avance.
Masahiro Indo, gerente general de la división de tecnología de Shimizu, explica a Reuters que el rango de tareas capaces de ser hechas por robots -cada vez más inteligentes- aumentará.
Indo resalta la ventaja de emplear a robots: «Cuando hace calor, los trabajadores deben tomar descansos y beber agua. Los robots no necesitan eso, ya que no se cansan. Eso es bueno».
Las compañías de construcción en Japón planean aumentar la inversión en investigación y desarrollo en un 15,5 % en el año fiscal 2019, más que cualquier otra industria en el país asiático.
Hiroshi Miyazaki, economista de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities, destaca los duraderos efectos benéficos de las inversiones de la industria de la construcción: “Los proyectos de construcción necesitan mucho tiempo para completarse. Eso significa que una vez que comienza la inversión, el impacto dura mucho tiempo ”. Y beneficia a la economía a largo plazo.
La tecnología ahorra costos y tiempo.
Reuters cita el caso de la renovación de la línea Ginza en Shibuya, una obra compleja que incluye el traslado completo de un andén. Antaño, para ello era necesario suspender los servicios de tren los fines de semana y realizar una capacitación intensa de los trabajadores.
¿Ahora? Un modelo de simulación 3D del proceso permite anticipar los posibles problemas con la construcción, así como reducir los gastos de personal para esa parte del proyecto en un 60 %.
La tecnología permite hacer cosas que en la realidad son imposibles, como quitar un edificio y mirarlo desde otro ángulo.
Ahora bien, estos avances conllevan grandes desafíos, como la adaptación de los trabajadores de mayor edad a las nuevas tecnologías.
Este no es un tema menor, pues las personas de 60 años o más representan aproximadamente una cuarta parte de los trabajadores calificados de la industria de la construcción, mientras que los menores de 30 años son poco más del 10 % del total.
En agosto, había 5,1 millones de trabajadores de construcción en Japón, un 27 % menos que hace 20 años. (International Press)
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