En menos de una semana, el gobierno de Japón perdió a dos ministros por cosas que probablemente en otros países causarían menos revuelo, pero no en una nación donde la ley es muy severa.
El jueves, Katsuyuki Kawai renunció como ministro de Justicia debido a que su esposa, la legisladora Anri Kawai, realizó pagos a su personal de la campaña electoral por encima del límite legal. Además, el exministro regaló papas y maíz a electores de su circunscripción.
Sugawara y Kawai se suman a una larga lista de políticos caídos en desgracia por dar regalos en un país donde son parte de una costumbre arraigada, resalta Asahi Shimbun.
Por ejemplo, una persona puede dar regalos por molestias causadas a otra gente por una mudanza o el ruido que hace su bebé recién nacido.
En las ceremonias de matrimonio, es habitual que los invitados lleven un sobre con dinero a los recién casados. En los funerales, los asistentes llevan dinero en sobre para la familia del fallecido (costumbre que incluso se practica en países con presencia nikkei, como Perú).
Sin embargo, la ley en Japón prohíbe a los políticos entregar nada a los electores que pueda interpretarse como un regalo. Es tan estricta que en 2014 un ministro del gabinete tuvo que renunciar por distribuir abanicos en verano. (International Press)
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