El alcalde de la ciudad de Riku, Yutaka Kumagai, mostró hoy el avance de la renovación del espectacular Estadio Miyagi, donde se jugarán los partidos de fútbol de cuarto de final, femenino y masculino, de las Olimpiadas Tokio 2020.
Riku, de solo 36.000 habitantes y ubicada en la prefectura de Miyagi que fue duramente golpeada por el Gran Terremoto y Tsunami de Tohoku de 2011, vivió impactantes episodios que han marcado hasta hoy la vida de sus vecinos.
Aprovechando la justa olímpica, Riku hace esfuerzos para mostrarle al mundo que su reconstrucción ha concluído y que busca sobreponerse a las heridas del desastre.
Ahora mismo, el Estadio Miyagi ha comenzado el desmantelamiento de la pantalla gigante que vio el Mundial de Fútbol 2002, cuando jugaron aquí selecciones sudamericanas como Argentina, México y Ecuador. La nueva pantalla quedará instalada en noviembre próximo.
EL CÉSPED DEL RENACIMIENTO
Sin embargo, el punto central de la renovación es el cambio total del césped del campo, que seguirá siendo natural y con profundo significado para los ciudadanos locales.
El antiguo pasto ha sido removido y hoy la cancha se ve cubierta por un manto de arena como preparación para recibir, en octubre, el trasplante de un nuevo césped que ha germinado en tierras de Sendai, la capital de la prefectura de Miyagi, que hace 8 años fueron arrasadas por el tsunami.
Para Riku, con una población de apenas 36.000 personas, la llegada de las Olimpiadas a su estadio será como un bálsamo para un sentimiento que ni la reluciente estructura de la ciudad e interminables hileras de viviendas nuevas, ha logrado curar.
«La ciudad está reconstruida en un 100 por ciento, pero el pueblo de Riku quiere recuperarse emocionalmente de los efectos del terremoto de 2011», dijo a International Press el alcalde Kumagai. «En la gente ha quedado un trauma y con las Olimpiadas queremos brindarles un poco de alivio», manifestó.
Aún queda en la memoria colectiva de Riku la imagen de la cancha de baloncesto del Grandi 21, el gran complejo deportivo que también alberga el Estadio Miyagi. Allí se identificaron y velaron los cuerpos de 1.072 personas fallecidas por el desastre de Tohoku.
«NO PUEDO OLVIDAR»
Un testigo directo de lo ocurrido en ese campo es Fumitsugu Komatsu, Jefe de la Sección de Instalaciones Deportivas de la Asociación de Deportes de Miyagi. «No puedo olvidar el cadáver de una madre que aún abrazaba a su bebe también muerto.
«Más de mil personas aún están desaparecidas y mientras no las encontremos seguiremos sintiendo que la gran pena en nuestros corazones no se ha recuperado. Esa es la realidad», expresó Komatsu.
«Las Olimpiadas quizá no sean la solución para esa pena, pero las recibimos con esperanza e ilusión», añadió el funcionario.
EL PROYECTO DE LA FLOR MILAGROSA
Luego, el alcalde Kumagai fue portador del conmovedor mensaje de vida del «Airin Blue Project», inspirado en Airi Sato, una niña de 8 años que falleció en aquel terremoto y tsunami.
El proyecto promueve la siembra de margaritas blancas por Japón (y ahora por el mundo), de la misma variedad que fue encontrada en el mismo lugar en que fue hallado el cuerpo de Airi.
Dichas flores estaban casi marchitas y en esa condición la familia de la niña las trasplantó al jardín de su casa. Para sorpresa y alegría de todos las margaritas revivieron e iguales a ellas empezaron a sembrarse en varios lugares de la ciudad como un símbolo de renacimiento y de vida.
Hoy, dicha iniciativa es conocida como el «Proyecto de la flor milagrosa», que el alcalde Kumagai ha apoyado divulgando la historia y distribuyendo entre los periodistas extranjeros lindas margaritas secas dentro de un pomo con un lazo azul. (Luis Álvarez – Nancy Matsuda / International Press)
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