En mayo, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), una organización sindical de alcance mundial, presentó un informe titulado «El lado oscuro de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020» sobre los peligros de las obras de construcción de Tokio 2020.
El reporte informaba de la muerte de dos trabajadores de construcción, así como de las duras e inseguras condiciones laborales. Por ejemplo, algunos trabajaron durante 28 días consecutivos, y hubo quienes fueron forzados a trabajar debajo de grandes bloques de hormigón que se balanceaban en grúas, poniendo en riesgo sus vidas.
El informe fue elevado al comité organizador de Tokio 2020 y al gobierno metropolitano de Tokio, entre otras autoridades japonesas.
Desde entonces, otro trabajador de las obras de Tokio 2020 ha muerto, empujando a la organización sindical a solicitar que se forme un grupo independiente que investigue las condiciones de trabajo, informó Asahi Shimbun.
La ICM considera que sus advertencias de mayo fueron ignoradas en gran medida.
El comité organizador y el gobierno de Tokio entrevistaron a representantes de los principales contratistas de las grandes obras de construcción.
Tomando las entrevistas como insumo, elaboraron un documento que enviaron a la ICM y en el que afirmaron que era “inconcebible” que los obreros trabajasen 28 días seguidos ya que los domingos son, en principio, días libres, y que las leyes sobre seguridad se estaban respetando.
La ICM no se quedó conforme con la respuesta porque las autoridades japonesas no entrevistaron a los trabajadores in situ, con lo cual había una gran brecha entre la realidad y el informe del comité organizador y el gobierno de Tokio.
Ante esta situación y la muerte en agosto de un trabajador en una obra de construcción de Tokio 2020, al parecer debido a un golpe de calor, la organización sindical exige una investigación independiente.
Asahi Shimbu reprodujo testimonios de dos trabajadores que ponen de manifiesto la inseguridad en la que trabajan. Uno de ellos dijo que las obras continúan sin importar cuán fuerte esté soplando el viento o cuán intensa sea la lluvia.
«Hasta un pequeño error menor podría haber provocado un accidente grave», advirtió.
El hombre reveló que una vez le dijo a su supervisor sobre los riesgos de construir una estructura de concreto bajo una fuerte lluvia, que podría afectar la resistencia de la construcción. Su superior le dijo que tenían que obedecer el cronograma, lo que cual significaba que no podían suspender las obras.
Es decir, ante la prisa por culminar los trabajos, la seguridad pasa a un segundo plano.
El otro trabajador, un hombre septuagenario, dijo que trabajaba a grandes alturas sin usar cinturón de seguridad, y que por ello temía por su vida. (International Press)
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