Ferray es una compañía tecnológica en Tokio que desde su fundación en el año 2000 permite que sus empleados lleven a sus gatos al trabajo. ¿Son una molestia? Todo lo contrario.
Shino Tashiro, una joven diseñadora web de la empresa que lleva a su gato Subaru al trabajo casi todos los días, sea en tren o bicicleta, dice que la presencia de los felinos en la oficina contribuye a que los empleados se sientan cómodos unos con otros y alegra el lugar de trabajo.
Gracias a sus fotos en las redes sociales, Ferray se ha ganado la fama de empresa “donde puedes trabajar con gatos», lo que atrae a jóvenes universitarios cerca de graduarse e incorporarse al mercado laboral.
Hay un beneficio adicional no menor: Ferray consigue atraer a clientes que aman a las mascotas.
El presidente de la compañía, Hidenobu Fukuda, dice que si bien los felinos causan algunos daños a los equipos, los beneficios superan ampliamente los costos de su presencia.
Además, Ferray paga 5.000 yenes (47 dólares) mensuales al empleado que adopte un gato abandonado. «Salvar a los gatos de ser sacrificados contribuye a la sociedad», afirma Fukuda.
Actualmente, seis trabajadores de la firma van con sus gatos a la oficina.
Por otro lado, UGpet, un fabricante de productos para mascotas en Kawasaki, tiene una especie de guardería para los perros de los empleados. Es un área de cuatro metros cuadrados con paredes de cristal, un baño y una cama.
Como en el caso anterior, los animales benefician el clima de trabajo.
El presidente de la compañía, Yuji Yoshitake, subraya que los empleados trabajan mejor teniendo a sus perros cerca porque no tienen que preocuparse por ellos, como sí ocurriría si los dejaran solos en casa.
Los perros están vacunados y sus propietarios pueden llevarlos a pasear o darles de comer durante las pausas de almuerzo.
Además, los perros prueban los productos alimenticios para mascotas que la firma produce, ayudando a mejorarlos. (International Press)
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