En 2018, el 76 % de personas de Myanmar que solicitaron visas de estudiante para estudiar en escuelas de idioma japonés desde abril, mes en que se inicia el año académico en Japón, consiguieron el visado. Este año, el porcentaje cayó a 15 %.
En el caso de las personas de Bangladesh y Sri Lanka, las proporciones de solicitantes que lograron la visa de estudiante descendieron de 61 a 21 % y de 50 a 21 %, respectivamente, entre un año y otro.
Estas cifras, hechas públicas por Kyodo tomando como fuente a la Asociación de Escuelas de Idioma Japonés en Tokio, son una consecuencia del endurecimiento de las regulaciones por parte de las autoridades japonesas para evitar el ingreso al país de seudoestudiantes, extranjeros cuyo verdadero propósito es trabajar en Japón y no estudiar.
En la región de Kanto-Koshinetsu, que incluye a Tokio, las tasas de otorgamiento de visado a personas de Nepal, Bangladesh y Sri Lanka cayeron por debajo del 1 %.
Un funcionario de la Agencia de Servicios de Inmigración explica a Kyodo que muchos solicitantes presentan documentos falsos y que están evaluando con mayor rigor a las personas que provienen de países cuyos ciudadanos, en gran cantidad, llegan a Japón como estudiantes y terminan trabajando de manera ilegal.
El año pasado, 412 extranjeros perdieron la visa de estudiante por no cumplir con los requisitos legales para mantenerlo.
Cabe subrayar que la situación no es la misma para solicitantes de China y Corea del Sur, cuya tasa de aprobacion de visado se mantuvo por encima del 90 %.
Los extranjeros con visas de estudiante pueden trabajar hasta 28 horas a la semana. Su aporte es muy importante para muchas empresas que sufren una escasez de trabajadores. Por ello, están preocupadas por el endurecimiento de los controles.
El dueño de una cadena de restaurantes en Nagoya dice que sin los estudiantes extranjeros (“que trabajan sin descanso”) su negocio se vería perjudicado. El 90 % de sus trabajadores son de Nepal.
El número de estudiantes extranjeros en Japón en 2018 ascendió a 330.000, un aumento de aproximadamente 140.000 en cinco años.
Entre 2014 y 2018, el número de extranjeros con visas de estudiante que permanecían de manera ilegal en Japón creció de 2.777 a 4.100. (International Press)
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