El número de actos delictivos registrados por la policía de Japón cayeron por décimo séptimo año consecutivo en el primer semestre de 2019 gracias, en gran parte, a la expansión de las cámaras de seguridad en todo el país.
«Las cámaras de seguridad son una herramienta indispensable», dice un policía entrevistado por Yomiuri Shimbun. Luego añade: «Pueden tener una influencia psicológica sobre los posibles delincuentes, haciéndolos dudar un momento, lo que a menudo es suficiente para prevenir el crimen».
El ser conscientes de que están siendo grabados puede funcionar como elemento de disuación.
El análisis de las imágenes de video registradas por las cámaras de seguridad hizo posible la identificación de sospechosos en 9.211 casos en el primer semestre de este año, lo que representa el 9,9 % de todos los casos en los cuales los delincuentes fueron arrestados.
La proporción fue mucho más alta en los delitos cometidos en las calles: 32,5 % para los ladrones de bolsos y 22 % para los carteristas.
Hasta marzo de este año, solo había 1.912 cámaras de seguridad instaladas por la policía en 30 prefecturas, motivo por el cual la cooperación por parte de empresas privadas y gobiernos locales es fundamental.
Cuando un grupo de jóvenes causó disturbios durante la celebración de Halloween en Shibuya en octubre pasado, la policía recolectó imágenes de unas 250 cámaras de seguridad, gracias a las cuales pudo identificar a 15 sospechosos entre la multitud.
Hasta hace dos años, había más de 17.000 cámaras de seguridad en la capital japonesa.
Por otro lado, los modernos equipos antirrobo han contribuido a reducir el número de robos de automóviles y motocicletas. (International Press)
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