Japón «denuncia con firmeza» los ataques del jueves contra dos petroleros, uno de ellos japonés, cerca del estrecho de Ormuz, independientemente de quién sea el responsable, dijo el primer ministro, Shinzo Abe, después de hablar por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Abe regresó a Tokio luego de una visita de dos días a Irán, país al que Estados Unidos ha acusado de los ataques.
El primer ministro nipón, sin embargo, no mencionó a Irán (ni a ningún otro país), como responsable, según Kyodo.
Abe dijo que Japón trabajará estrechamente con Estados Unidos y la comunidad internacional para la paz y la estabilidad en la región.
«Creo que todas las partes involucradas deben actuar con moderación para evitar causar situaciones imprevistas y abstenerse de cualquier acción que pueda aumentar las tensiones», afirmó.
Estados Unidos publicó imágenes que aparentemente muestran a una embarcación de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán retirando una mina sin explotar del Kokuka Courageous, el barco japonés.
Irán ha negado las acusaciones.
Yutaka Katada, presidente de Kokuka Sangyo, la empresa que opera el petrolero, reveló que este fue atacado dos veces y que la tripulación vio un objeto que volaba hacia el barco cuando se produjo el segundo ataque. Katada no cree que su barco tuviera minas.
El hombre también dijo que era poco probable que los atacantes supieran que el petrolero era japonés, pues llevaba bandera panameña.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, califícó el ataque al barco japonés como un “insulto a Japón” por parte de Irán, pues se produjo durante la visita de Abe a ese país.
Abe intentó mediar entre EEUU e Irán, transmitiendo al líder supremo iraní, el Ayatollah Khamenei, el mensaje de que Trump está dispuesto a dialogar. Khamenei, sin embargo, replicó: «No considero a Trump como una persona con la que valga la pena intercambiar ningún mensaje. No tengo ninguna respuesta para él, ni le responderé en el futuro». (International Press)
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