Cuando hay hostigamiento o abuso en el trabajo se entiende que el “villano” es el jefe y la víctima un subordinado.
En la ciudad de Shizuoka, sin embargo, ocurrió a la inversa.
A fines de 2014, un funcionario del municipio de Shizuoka se suicidó debido al hostigamiento del que era víctima por parte de uno de sus subalternos.
Así fue reconocido, cinco años después, por el Fondo para la Compensación por Accidentes de Empleados del Gobierno Local, informó Mainichi Shimbun.
La familia de la víctima ha librado una larga batalla para que se reconozca su muerte como un accidente relacionado con el trabajo.
En abril de 2014, el funcionario fue transferido a una organización externa afiliada al municipio; tenía a su cargo a seis empleados.
Alrededor de octubre, comenzó a mostrar síntomas de depresión y se ahorcó en su lugar de trabajo el 24 de diciembre de ese año.
En mayo de 2015, cuando la familia presentó ante el Fondo una solicitud para que se reconociera el suicidio como un accidente relacionado con el trabajo, alegó que su muerte fue el resultado de las largas horas de trabajo y el acoso por parte de uno de sus subordinados.
El subalterno reprendía a su jefe en tono enérgico y le decía cosas como «Basta ya» y «No mientas», según testigos.
En un cuaderno, encontrado después de su muerte, el funcionario escribió que era victima de abusos verbales y reprimendas por parte de un subordinado.
Con respecto al exceso de trabajo, el hombre hacía hasta 82 horas extras por mes.
En su informe, el Fondo concluye que el suicida fue víctima de hostigamientos en “un entorno laboral que puede considerarse anormal, y soportaba una gran carga emocional que le hizo desarrollar una enfermedad mental».
La familia exigirá una compensación al municipio de Shizuoka. (International Press)
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