En 2019, el Parlamento de Japón aprobó una ley contra los discursos de odio. Tres años después, cuatro legisladores que contribuyeron a que la norma se materialice pidieron públicamente que se realicen más esfuerzos para eliminar la discriminación a los extranjeros que residen en Japón y sus descendientes.
En declaraciones recogidas por Kyodo, Shoji Nishida, del gobernante Partido Liberal Demócrata, dijo que si bien un creciente número de gobiernos locales han establecido ordenanzas en línea con la ley, “algunos candidatos han pronunciado discursos de odio durante sus campañas electorales”.
«El público necesita entender que este tipo de comportamiento no es socialmente aceptable», enfatizó.
Por su parte, Katsuo Yakura, miembro de Komeito, destacó que la ley ha tenido cierto efecto en los fallos de los tribunales y que se han emitido órdenes para prohibir los discursos de odio. Sin embargo, no hay que bajar los brazos. «Tenemos que hacer esfuerzos constantes», manifestó.
Para Yoshifu Arita, del opositor Partido Democrático Constitucional de Japón, la ley es insuficiente. Se necesita más. «Hay un límite con la ley actual para enfrentar las violaciones de derechos humanos en internet», dijo.
Sohei Nihi, del Partido Comunista de Japón, sostuvo que se necesita una nueva ley, más dura contra la discriminación.
Los impulsores de los discurso de odio contra las minorías étnicas en Japón llegan a amenazar de muerte a las víctimas, tacharlas de “cucarachas” o exigirles que vuelvan a sus países de origen. (International Press)
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