El emperador Naruhito estudió en la Universidad de Oxford entre 1983 y 1985. Su experiencia europea, según funcionarios británicos, fue «agradable» y «ayudó a ampliar sus horizontes».
Los británicos quedaron impresionados por la «creciente confianza» de Naruhito durante su estadía en Oxford, reveló Kyodo.
Sin embargo, también temían que su experiencia en Reino Unido, donde fortaleció su confianza y ensanchó sus horizontes, fuera sofocada a su regreso a Japón, sometido a las estrictas normas de la Agencia de la Casa Imperial japonesa.
La agencia nipona ha sido criticada por controlar a la familia real en exceso y aislar a sus miembros del público en general.
Naruhito era entonces conocido como el príncipe Hiro. Durante su estadía en Oxford se reunió varias veces con miembros de la realeza británica, de quien destacó a la reina Isabel II por su amabilidad hacia él.
El principal funcionario de la Oficina de Relaciones Exteriores, Antony Acland, escribió sobre el hoy emperador: «Todos los que hemos estado involucrados con el príncipe (Hiro) durante los últimos dos años y medio hemos quedado impresionados. por su creciente confianza, lo que se ve más claramente por su mayor predisposición a usar su considerable ingenio natural».
El informe sobre la estadía de Naruhito en Oxford forma parte de los Archivos Nacionales en Londres, a los que Kyodo tuvo acceso.
También forman parte de los archivos una carta del 7 de noviembre de 1985, enviada por el exemperador Akihito al coronel Tom Hall, que alojó al príncipe durante tres meses antes de su estancia en Oxford. «Estamos muy contentos de saber que su estancia en su país fue muy fructífera para él y que se ha desarrollado considerablemente».
«Su experiencia de vida en su país será una gran ventaja para él en su futuro y el valor de las amistades que ha ganado continuará creciendo», añadió.
El embajador británico en Japón de entonces, Sydney Giffard, le escribió a un colega en Londres que la experiencia de Naruhito en el Reino Unido podría originar algunos cambios en la forma en que se maneja la familia real japonesa.
Sin embargo, advirtió: «Temo que él (a su regreso a Japón), en su mayor parte, desaparezca en una vida muy limitada», en alusión a la rigidez de la vida imperial.
Que la experiencia en el Reino Unido sería una gran y deseada oportunidad de abrirse al mundo queda claro por lo que le dijo Akihito al embajador británico en 1982, a quien le hizo saber que su hijo estaría feliz de mezclarse con estudiantes universitarios de todos los estilos de vida. (International Press)
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