El programa de aprendices extranjeros en Japón es criticado por funcionar como una fuente de mano de obra barata (en un país marcado por la escasez de mano de obra), lejos de su propósito original de capacitar laboralmente a jóvenes de otros países por un determinado periodo, para que después apliquen las habilidades adquiridas en sus tierras de origen.
No es la única irregularidad del programa. Yomiuri Shimbun denunció que agencias en Vietnam que envían practicantes vietnamitas a Japón pagan “gratificaciones” de 100.000 yenes (897 dólares) por cada uno de ellos a organizaciones japonesas.
Las gratificaciones son ilegales, motivo por el cual la Organización para la Capacitación de Pasantes Técnicos (organismo supervisor del programa de capacitación técnica), con sede en Tokio, advirtió a las organizaciones japonesas de que pueden perder su acreditación.
En Japón, funcionan alrededor de 2.500 organizaciones autorizadas por el gobierno japonés para encargarse de los aprendices extranjeros. Estas entidades los ayudan a encontrar trabajo y deben asegurarse de que las compañías que los emplean cumplan con el programa de capacitación. Su fuente de ingresos legal es el dinero que reciben de las empresas que contratan a los pasantes.
¿De dónde proviene el dinero de las gratificaciones? De las comisiones que los aprendices pagan a las agencias en Vietnam para poder trabajar en Japón.
Para pagar las comisiones, los vietnamitas piden dinero prestado y llegan a Japón con grandes deudas que pueden alcanzar el millón de yenes (8.970 dólares). Hay quienes para ganar más dinero y pagar sus deudas hacen trabajos ilegales. Y muchos huyen (3.751 en 2017).
Las agencias en el extranjero que envían aprendices a las 2.500 organizaciones en Japón deben estar certificadas por los gobiernos de sus respectivos países.
Una de las agencias vietnamitas tiene lazos con más de 50 organizaciones japonesas y lleva varios años pagando gratificaciones por cada aprendiz que arriba a Japón.
Las gratificaciones surgieron en parte por la creciente competencia entre las agencias en Vietnam por enviar aprendices a Japón, donde el número de pasantes vietnamitas ha subido en los últimos años a 130.000.
Yomiuri Shimbun preguntó a 78 organizaciones japonesas, certificadas como “excelentes”, que manejan sobre todo a personal de Vietnam si habían recibido gratificaciones. De las 61 que respondieron, todas negaron haber aceptado dinero. Sin embargo, 24 dijeron que les habían ofrecido el pago ilegal.
Además de advertir a las organizaciones japonesas de que pueden perder su autorización para operar, la Organización para la Capacitación de Pasantes Técnicos evalúa tomar acciones legales. Los infractores pueden pasar hasta seis meses en prisión y recibir una multa de hasta 300.000 yenes (2.691 dólares). (International Press)
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