“Tú eres mi sol”. Esta fue una de las tantas frases que una mujer que reside en Hiroshima recibió de un soldado estadounidense con el que entabló una relación sentimental en línea. Un militar desplegado en una zona de guerra en el Medio Oriente al que envió 9,15 millones de yenes (83.240 dólares).
En realidad, el soldado no existía. La mujer había sido engañada por dos personas que residen en Tokio y que la policía ya arrestó: Innocent Obi Ebuka (de Nigeria) y Nishino Czariniah Alaba (de Filipinas).
La mujer en la cincuentena es una más del creciente número de víctimas de una modalidad de estafa conocida como “romance internacional”, revela Asahi Shimbun.
Todo comenzó en mayo del año pasado, cuando la mujer conoció a quien creía un soldado estadounidense a través de una aplicación de citas.
Intercambiaban correos electrónicos y se comunicaban a través de LINE casi a diario. “Él” escribía en inglés y ella en japonés. Para entenderse, usaban una herramienta de traducción.
La japonesa recibió numerosas fotos, entre ellas una en la que aparece un soldado realizando maniobras militares en un desierto, y la copia de una página de un pasaporte estadounidense que contenía datos personales. Todo le daba más verosimilitud al embuste.
Después de dos meses de intercambios de mensajes, la situación dio un gran vuelco cuando el “soldado” le escribió que había conseguido un diamante, “un trofeo de guerra” valorizado en mil millones de yenes (9,09 millones de dólares).
El “soldado” le dijo que se estaba mudando de Irak a Siria y que como la situación era muy peligrosa quería confiarle el diamante. Es decir, enviárselo a Japón.
El estafador le escribió en agosto pasado que había enviado el diamante a Japón a través de un servicio de mensajería internacional, y le pidió a la mujer que cubriera los gastos relacionados con los trámites aduaneros.
Para disipar posibles sospechas, le dijo que él mismo viajaría a Japón, vendería el diamante y le pagaría los gastos con un 40 % de intereses.
La mujer le creyó y le dio millonarias sumas de dinero en tres partes: primero, transfirió 1,45 millones de yenes a una cuenta bancaria designada por él; luego, se reunió con un intermediario en Hiroshima al que entregó 5 millones de yenes; finalmente, transfirió 2,7 millones de yenes a otra cuenta bancaria.
Nunca más recibió un mensaje de él. (International Press)
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