El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, acordaron durante una reunión en Moscú acelerar las conversaciones bilaterales para firmar un tratado de paz de posguerra.
Abe dijo que Putin y él ratificaron su sólida determinación de encontrar una solución “aceptable” para ambas partes, reveló Kyodo.
Sin embargo, no será nada fácil. Más allá de los buenos deseos expresados públicamente, no se anunció ningún progreso sustancial como resultado de la reunión.
Abe admitió: «No es fácil resolver los problemas que han quedado más de 70 años después del final de la guerra».
Rusia controla un grupo de islas, Kuriles del Sur, que Japón considera suyas.
Japón sostiene que las islas fueron ocupadas ilegalmente por la Unión Soviética tras la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial, mientras que Rusia arguye que las islas pasaron a sus manos de manera legítima como resultado de la guerra.
En noviembre, ambos líderes coincidieron en intensificar su búsqueda de una solución tomando como base una declaración conjunta de 1956, que restauró las relaciones diplomáticas y establece la entrega de dos de las cuatro islas en disputa a Japón.
Aunque Japón mantiene oficialmente la postura de que las cuatro islas son parte inherente de su territorio y exige una devolución total, Abe se estaría inclinando por una solución realista: aceptar la entrega de dos (Shikotan y Habomai) de las cuatro islas, tal como lo establece la declaración de 1956, consciente de que es muy difícil que Rusia acceda a devolver las otras dos.
No es seguro, sin embargo, que Rusia acepte devolver Shikotan y Habomai, pues teme que soldados estadounidenses se estacionen en ellas (Japón y EEUU tienen una alianza de seguridad). Además, ha habitado manifestaciones públicas contra una posible devolución, percibida como un crimen contra la patria por algunos rusos.
Aquí surge otra diferencia, pues mientras Japón sostiene que la devolución de las dos islas significa que asume su soberanía, Rusia afirma que la declaración no es explícita con respecto a ello.
Con referencia al temor ruso de que Estados Unidos despliegue soldados en las dos islas, Abe afirma que la presencia de tropas estadounidenses en Japón contribuye a la estabilidad en la región y que no son una amenaza para Rusia.
Las Kuriles del Sur ocupan una superficie de 5.000 kilómetros cuadrados y las aguas adyacentes son ricas en peces. Alrededor de 17.000 rusos residen en Kunashiri, Etorofu y Shikotan, mientras que Habomai está deshabitada.
Las dos islas que Rusia entregaría a Japón representan solo el 7 % de la superficie total del conjunto de islas en disputa.
Los ministros de Asuntos Exteriores de Japón y Rusia se reunirán en febrero en Alemania para sostener una segunda ronda de conversaciones.
Abe está resuelto a resolver la disputa con Rusia y dejar como legado de su gestión un tratado de paz, según Kyodo.
Por otro lado, Abe y Putin se comprometieron a mejorar sus lazos económicos. El presidente ruso propuso aumentar en un 50 % el comercio anual entre los dos países a alrededor de 30 mil millones de dólares e impulsar actividades económicas conjuntas en las cuatro islas. (International Press)
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