Kazuhiro Kusakabe, el hombre de 21 años que atropelló a una multitud de peatones el 1 de enero en una calle en Harajuku, Tokio, hiriendo a ocho personas, tenía planeado rociar kerosene a los asistentes al santuario de Meiji y prenderles fuego, reveló Asahi Shimbun.
La policía encontró un recipiente de plástico que contenía 20 litros de kerosene y una limpiadora de alta presión dentro del coche con el que embistió a la gente y que había alquilado.
Kusakabe confesó que su plan era utilizar el líquido inflamable y el aparato para prenderle fuego a la multitud reunida en el santuario, ubicado cerca del lugar del ataque.
El santuario de Meiji es uno de los destinos más populares de Tokio en el día de Año Nuevo para las personas que piden deseos para el año que recién se inicia.
La policía cree que el hombre cambió su plan después de descubrir que la entrada vehicular al santuario estaba prohibida debido a la gran cantidad de gente que había.
Entre los ocho heridos, todos hombres, hay un estudiante de 19 años cuya situación es crítica.
El ataque ocurrió a las 12:10 a. m. del 1 de enero. La calle, en una conocida zona comercial, estaba cerrada al tráfico vehicular, pero el sujetó logró encontrar una brecha en la barricada formada por la policía.
Después de atropellar a los peatones, el hombre se estrelló contra un edificio. Kusakabe se bajó del auto y salió corriendo, pero fue capturado unos 20 minutos después en el parque de Yoyogi. Tenía la ropa empapada en kerosene.
Kusakabe, que no tiene dirección ni ocupación conocidas, declaró que el ataque fue una “represalia” por la pena de muerte. (International Press)
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