El empresario francobrasileño Carlos Ghosn fue detenido el 19 de noviembre. Encerrado en el centro de detención de Tokio, estará confinado hasta el 10 de diciembre por lo menos.
Algunos medios en Francia han criticado la medida, revela Kyodo.
El diario Les Echos calificó el sistema penitenciario japonés como «particularmente severo».
Por su parte, el diario Le Figaro hizo hincapié en que el centro de detención de Tokio es bien conocido por las organizaciones de derechos humanos debido al estado de aislamiento de los reclusos y a que alberga ejecuciones.
Ghosn está encerrado en el mismo sitio que gente condenada a muerte, apuntó Le Figaro.
En Francia, un sospechoso puede ser detenido un máximo de cuatro días sin que un tribunal emita una orden de arresto durante la etapa inicial de investigación.
Un sospechoso de terrorismo no puede permanecer detenido más de seis días.
En Japón, en cambio, un sospechoso puede permanecer detenido durante 23 días por una orden de arresto emitida por la policía y 22 días por una orden de arresto de los fiscales.
Por eso, en Francia dicen que el trato dispensado a Ghosn es más duro que el que recibe un sospechoso de terrorismo.
Además, las autoridades japonesas pueden presentar cargos adicionales con nuevas órdenes. Esto significa que una persona puede estar detenida indefinidamente si lo aprueba un tribunal.
La orden de detención se aprueba cuando se teme que un sospechoso pueda huir o destruir evidencia.
Por otro lado, un abogado puede estar presente durante un interrogatorio en Francia. En Japón, no.
En el Líbano, donde Ghosn pasó gran parte de su infancia y es visto como un hombre de éxito, también se ha criticado su detención.
Un funcionario de la cancillería del Líbano lamentó que el embajador del país en Japón tuviera que llevar un colchón a Ghosn porque estaba durmiendo sobre una alfombra.
El gobierno libanés ha pedido a Japón que encuentre una solución transparente y justa, y que garantice el tiempo adecuado para que el expresidente de Nissan pueda reunirse con familiares y abogados.
Un amigo libanés de Ghosn conjeturó que su detención es una conspiración de Japón para expulsar a Renault y proteger a Nissan.
La celda de Ghosn tiene 7 metros cuadrados. Cuenta con un inodoro y un lavabo. Un estante adherido a la pared carece de bordes afilados para impedir intentos de suicidio o autolesiones.
Los detenidos reciben tres comidas al día y pueden ducharse dos veces a la semana.
Ghosn lee revistas y libros que le llevan. Al parecer está bien de salud, pero la celda donde permanece es fría, según le comentó a personas que lo visitaron.
Ante las críticas del extranjero, los fiscales de Tokio sostienen que cada país tiene un proceso legal diferente y que el período de detención para Ghosn se decide sobre la base de la «necesidad». (International Press)
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