Está claro qué impulsa al gobierno de Japón a crear un nuevo programa de visado para expandir la fuerza laboral extranjera en el país: la escasez de mano de obra.
Sin embargo, ¿qué hay más allá de la coyuntura o el corto plazo? Mainichi Shimbun considera que la propuesta del gobierno carece de una visión a largo plazo para la sociedad japonesa donde los japoneses y los extranjeros tendrán que convivir.
“Sospechamos que esta falta de visión proviene del primer ministro (Shinzo Abe)”, subraya el diario en un editorial.
“El gobierno se tomó un tiempo para lanzar un plan para abrir la puerta a los trabajadores extranjeros. Sin embargo, la administración (Abe) no ha proporcionado detalles sobre los programas necesarios para su aceptación”, advierte Mainichi.
La revisión de la ley de inmigración para ampliar el número de trabajadores extranjeros obedece, aparentemente, a la visión realista de Abe de que “la estabilidad económica es la base de su administración”.
“Parece que el primer ministro se está enfocando únicamente en las necesidades económicas, e insiste en que los nuevos trabajadores extranjeros no serán inmigrantes, minimizando el tamaño del problema que se necesita abordar. Como resultado, el plan del gobierno para aceptar a más trabajadores extranjeros no ha podido establecer una visión a largo plazo”.
El diario recuerda antecedentes al respecto:
En 2014, un informe gubernamental estableció la necesidad de aceptar trabajadores extranjeros a mediano y largo plazo para revitalizar el país. Eso sí, aclaró que esto no significaba aceptar inmigrantes.
En 2015, el primer ministro anunció un conjunto de políticas en los que incluía como meta evitar que los cuidadores dejaran sus trabajos. Esto disparó las discusiones sobre la necesidad de aceptar a más trabajadores extranjeros.
En 2016, el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) propuso crear nuevos estados de residencia para trabajadores extranjeros. En la propuesta se hacía referencia a una «era de convivencia» y señalaba la necesidad de considerar sistemas educativos y de seguridad social para los recién llegados.
Dos años después, el tema se discute intensamente en el Parlamento.
Por último, Mainichi afirma que los debates en la Dieta deben enfrentar directamente la realidad de que los aprendices extranjeros, que en teoría están capacitándose en Japón para aplicar los conocimientos adquiridos en sus países de origen, en realidad son trabajadores. (International Press)
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