La legalización en Canadá de la marihuana para uso recreativo, que entró en vigor la semana pasada, no exonera a los ciudadanos japoneses de ser sancionados si consumen la droga en el país norteamericano, reveló Japan Times.
Antes de que se legalizara la marihuana en Canadá, el consulado japonés en Vancouver advirtió de que si bien en dicho país no sería ilegal poseer y consumir la droga, sí lo sigue siendo en Japón.
La ley japonesa también se aplica a los japoneses que están en el extranjero, remarcó.
El consulado solicitó a los ciudadanos japoneses que viven o viajan al extranjero que respeten las leyes japonesas y se mantengan alejados de la marihuana, incluyendo los alimentos y bebidas que la contienen.
El consulado general de Japón en Toronto publicó días después una advertencia similar.
La ley en Japón establece hasta siete años de prisión por el cultivo, la importación o la exportación de marihuana. El castigo puede alcanzar hasta diez años, y una multa máxima de tres millones de yenes (casi 27.000 dólares), para quienes participen en los actos mencionados con la intención de obtener ganancias.
La posesión, distribución o recepción de marihuana puede acarrear hasta cinco años de prisión; aquellos implicados en dichos actos con fines de lucro pueden pasar hasta siete años encerrados y pagar una multa de hasta dos millones de yenes (casi 18.000 dólares).
Ahora bien, ¿cómo pueden las autoridades japonesas controlar o detener a un japonés que consume marihuana en Canadá? Un funcionario del Ministerio de Salud japonés admitió que es difícil y que lo único que ellos pueden hacer para castigar a un japonés que consumió la droga en otro país es que esa persona regrese a Japón y logren probar que la ingirió.
El año pasado, la policía japonesa tomó acciones contra 3.008 personas, una cifra récord, involucradas en casos relacionados con la marihuana, cuyo consumo se ha quintuplicado desde 2013 entre menores de 14 a 19 años.
Japan Times recordó que en 1980 Paul McCartney fue detenido con ocho onzas de marihuana cuando arribó al Aeropuerto de Narita. Nueve días después fue deportado. (International Press)
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