El caso de Yoshiki Fujimoto, el niño de dos años que estuvo tres días desaparecido en una isla en la prefectura de Yamaguchi, aún despierta asombro. Que haya sido encontrado vivo y en buen estado de salud es considerado como un “milagro”.
Yoshiki fue encontrado por Haruo Obata, un voluntario de 78 años. Estaba descalzo y sentado en una piedra en el medio de un arroyo en una montaña 68 horas después de perderse, cerca del límite de 72 horas a partir del cual se considera que la posibilidad de supervivencia disminuye.
Los expertos consultados por la agencia Kyodo expresaron su sorpresa de que el niño haya sido encontrado con vida debido a que las temperaturas en la isla superaron los 30 grados entre el domingo y el martes.
Mieko Miyata, jefa de una organización sin fines de lucro que promueve la educación en seguridad para niños, dijo que su principal preocupación era que Yoshiki sufriera un golpe de calor, “pero el niño podría haber encontrado sombra cerca del arroyo y bebido agua. Debe haber sido el resultado de una serie de condiciones milagrosamente favorables».
Por su parte, el profesor universitario Eiichi Ishii, manifestó: «El consumo de agua es esencial para los bebés y niños pequeños, ya que son más vulnerables a la deshidratación en comparación con los adultos».
«El niño puede no haber sudado mucho a la sombra, pero es sorprendente que haya aguantado en un ambiente caluroso. Tres días están cerca del límite”, agregó.
Masami Ohinata, presidenta de la Universidad Keisen, afirmó que es difícil que los niños de dos años puedan ver con objetividad las situaciones en que se encuentran.
Que los niños pequeños no tengan desarrollados a pleno su juicio y sus capacidades cognitivas hace que no tengan conciencia del peligro en que se encuentran y podría impedir que se estresen, dijo.
La búsqueda de Yoshiki movilizó a unos 380 policías y rescatistas, y se usaron drones con cámaras térmicas. Sin embargo, la montaña donde el niño estaba no fue registrada hasta que Haruo Obata fue allí y lo encontró rápidamente.
Los policías y rescatistas buscaron en depósitos de agua, arrozales y carreteras.
Obata decidió tomar un sendero de montaña bajo la creencia de que los niños pequeños tienden a escalar no a descender, basándose en su experiencia en la búsqueda de una niña de dos años hallada en una montaña en la prefectura de Oita en 2016.
Solo media hora después, mientras llamaba a gritos a Yoshiki, el niño respondió “estoy aquí”. El suelo en el lugar es inestable y los residentes locales no entran ahí.
El niño fue encontrado a solo 560 metros de la casa de su bisabuelo.
La policía local expresó su agradecimiento a Obata y lamentó no haber expandido su área de búsqueda. Dijo que la experiencia servirá de lección para el futuro. (International Press)
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