«Han pasado diez años desde que comencé a asistir a los partidos internacionales de fútbol como espectador, pero esta es la primera vez que he limpiado con hinchas de equipos contrarios», dice Hirokazu Tsunoda, un conocido fanático japonés de la selección de su país.
Como en el Mundial pasado, los hinchas japoneses fueron noticia por limpiar las gradas del estadio donde jugó su equipo. Lo novedoso esta vez, sin embargo, fue que hinchas de otras selecciones los acompañaran en la limpieza, tal como destaca Tsunoda.
La prensa mundial también resaltó el hecho de que la selección japonesa dejara su vestuario impoluto después de caer ante Bélgica en octavos de final.
Todo esto ha trascendido el ámbito deportivo y difundido a nivel global la “cultura de la limpieza de Japón”, según la agencia Kyodo.
Las buenas prácticas de los japoneses concitaron tanto la atención de los medios internacionales que hasta un jugador fue interrogado al respecto durante una conferencia de prensa. El defensa Maya Yoshida contó que en Japón se dice que uno debe dejar un lugar más limpio que como lo encontró.
Después del debut mundialista de Japón contra Colombia, un hincha del país americano le pidió a Tsunoda bolsas de basura y colaboró con los japoneses en las tareas de limpieza. Tsunoda se sorprendió, pues creía que le había pedido las bolsas como “recuerdo”.
La limpieza de los estadios comenzó cuando Japón debutó en una Copa del Mundo en Francia en 1998, revela Tsunoda.
En Japón, “la limpieza es casi venerada como una práctica espiritual” desde que sus habitantes son niños, según Kyodo. Los estudiantes desarrollan el hábito de limpiar sus escuelas desde pequeños.
En esa línea, la profesora universitaria Midori Otake, especialista en economía doméstica, subraya: «En Japón la limpieza está estrechamente vinculada a la educación y se la valora como buena conducta». (International Press)
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