El 1 de febrero de 2018, el sindicato más grande de East Japan Railway tenía 46.870 afiliados (de los aproximadamente 56.000 empleados que posee la compañía ferroviaria). El 1 de mayo, solo tenía registrados a 15.140.
Es decir, en solo tres meses el sindicato perdió casi el 70 % de sus integrantes.
De acuerdo con fuentes a las que tuvo acceso Mainichi Shimbun, la causa de la masiva dimisión fue el controvertido plan del sindicato de realizar una huelga.
Un empleado de JR East que dejó el sindicato explicó: «Si nos declaramos en huelga, podrían detenerse las operaciones de los trenes. Es inaceptable causar problemas a nuestros pasajeros debido a una demanda sindical que va en contra de las tendencias de la sociedad”.
La crisis se desató en febrero cuando el sindicato demandó un aumento del salario base.
JR East ofrece un aumento salarial básico casi todos los años. Sin embargo, la compañía dijo que le resultaba imposible cumplir con la demanda del sindicato, que exigía aumentos salariales uniformes que se extendieran en el futuro independientemente de la edad de los empleados y su posición en el escalafón laboral.
Ante la negativa, el sindicato anunció que podría hacer una huelga. Ahí comenzaron las deserciones masivas.
Ante la estampida, el 24 de febrero el sindicato descartó la posibilidad de ir a la huelga alegando que durante las negociaciones con la empresa habían logrado algunas conquistas laborales. Sin embargo, esto no detuvo las renuncias en masa.
Otra razón detrás de la abrupta caída, según Mainichi, sería la numerosa presencia de partidarios de la organización ultraizquierdista Kakumaru-ha (facción marxista revolucionaria) en cargos importantes del sindicato.
En el pasado hubo casos de afiliados que al negarse a obedecer a los líderes sindicales fueron obligados a dejar la empresa. “Tal vez muchos de sus miembros estaban hartos del sindicato», dijo una fuente.
El sindicato ofreció a través de su sitio web disculpas a sus miembros por la confusión y la preocupación causadas, y organizó en abril una convención extraordinaria con el objetivo de que los renunciantes volvieran.
La mayoría de los que renunciaron han decidido no unirse a ninguno de los otros ocho sindicatos de la compañía. (International Press)
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