Ser conocido fue, finalmente, lo que permitió su captura el lunes. No lo descubrió uno de los 15.500 policías que lo buscaban en la isla, sino el empleado de un cibercafé en Hiroshima que lo vio. Lo reconoció y llamó a la policía, revela la agencia Kyodo.
La policía lo vio en una calle cerca de la estación de Hiroshima y fue tras él. Hirao intentó trepar la cerca de una escuela, pero fue atrapado antes de que pudiera pasar al otro lado.
El hombre, que llevaba unos 20.000 yenes (183 dólares) consigo, dijo que estaba “cansado de huir”.
La policía realizó estrictos controles en los puentes que conectan a la pequeña isla de 22 kilómetros cuadrados y 20.000 habitantes con la isla de Honshu, pero el hombre de 27 años huyó a nado.
La distancia más corta entre la pequeña isla y Honshu es de 200 metros. Hiroshima está ubicada a alrededor de 70 kilómetros del lugar de donde escapó.
Antes de escapar a Honshu, Hirao se alimentó de comida que encontró en las casas desocupadas que abundan en la isla (más de mil).
El hombre cumplía condena en una prisión “abierta” (sin muros perimetrales), de mínima seguridad. Su liberación estaba prevista para enero de 2020.
Hirao era considerado un “preso modelo” en la prisión. Huyó de ella, dijo, porque estaba enojado por un problema personal que tuvo con alguien.
La prisión de la que se fugó es una de las cuatro de tipo de abierta que hay en Japón. Además de él, 19 personas han escapado de ella desde su apertura en 1961. (International Press)
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