El 12 de abril de 2011, un hombre de 102 años que residía en el pueblo de Iitate, prefectura de Fukushima, se suicidó. Un día antes, se había anunciado que los habitantes de Iitate, situado a 30 km de la central nuclear de Fukushima, serían evacuados debido al peligro de la radiación tras el estallido de la crisis nuclear el 11 de marzo de 2011.
7 años después, la justicia determinó que Tokyo Electric Power (TEPCO), el operador de la central de Fukushima, debía pagar 15,2 millones de yenes (140.151 dólares) en compensación a la familia de Okubo tras establecer que hubo relación entre la orden de evacuación y el suicidio.
TEPCO decidió no apelar el fallo y funcionarios de la compañía eléctrica visitaron a la familia de la víctima para pedir perdón, informó la agencia Kyodo.
“Estamos afligidos por el hecho de que su padre, que estaba bien más allá de tener más de 100 años, se haya visto forzado a tomar la dolorosa decisión”, dijo un alto directivo de TEPCO.
Aunque la familia había exigido una compensación cuatro veces mayor decidió no apelar. Después de atender el pedido de perdón, los Okubo dieron por cerrado el asunto y dijeron que ahora quieren vivir en paz. (International Press)
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