El primer ministro japonés, Shinzo Abe, se encuentra viviendo momentos difíciles luego de que se hiciera conocido que el Ministerio de Finanzas alteró documentos relacionados con una venta de tierras a un operador escolar vinculado con Akie Abe, esposa del primer ministro.
Las interrogantes sobre la venta del terreno, con un gran descuento, que los funcionarios justificaron como “costos de limpieza”, han perseguido a Abe desde que se hizo público el caso el año pasado. Abe ha negado que él o su esposa hayan favorecido al operador escolar, Moritomo Gakuen, que promueve un plan de estudios de educación nacionalista.
La controversia se había diluido con el tiempo pero revivió cuando los medios informaron que los documentos oficiales sobre el acuerdo de venta habían sido alterados, lo que llevó al Ministerio de Finanzas a entregar al parlamento 14 documentos que mostraban varios cambios.
Por lo pronto, el ministro de Finanzas, Taro Aso dijo que no renunciaría, pero es probable que la presión sobre él lo hagan claudicar. Se espera que Abe intente mantener en su puesto a Aso, quien se desempeña como viceprimer ministro y es uno de los puntales en el gobierno de Abe.
Ya se han registrado protestas de parte de la población. Incluso, desde el seno del partido oficialista, el Partido Liberal Democrático, se escuchan voces de cambio, como la del exministro de Defensa Shigeru Ishiba que no ocultó su deseo de postularse a la presidencia del partido en setiembre, en escena también está Shinjiro Koizumi, hijo del exprimer ministro Junichiro Koizumi. (International Press)
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