19.628 personas de 82 países solicitaron la condición de refugiado en Japón el año pasado, un máximo histórico, reveló Japan Times.
El aumento con respecto a 2016 fue de un 80 %, de acuerdo con las cifras hechas públicas por el Ministerio de Justicia, que atribuyó el salto al aumento de los “inmigrantes económicos”, aquellos cuya verdadera intención es encontrar trabajo en Japón.
Un funcionario explicó que se ha esparcido la información de que los extranjeros pueden comenzar a trabajar en Japón seis meses después de presentar su solicitud de refugio y mientras esperan que el ministerio evalúe su caso.
Por nacionalidad, los filipinos fueron los más numerosos (4.895), seguidos por los vietnamitas (3.116).
Un número cada vez mayor de filipinos y vietnamitas que vienen a Japón como parte del programa de capacitación técnica promovido por el gobierno nipón solicitan la condición de refugiado cuando sus visas expiran.
Se estima que 230.000 aprendices extranjeros trabajan en el marco del programa.
Japón decidió no otorgar permisos de trabajo temporales a los solicitantes que tienen visas de estudiantes o están bajo el programa de capacitación técnica. La medida funcionó, pues la cantidad diaria de solicitantes se redujo a la mitad en comparación con el mes anterior.
Solo 20 personas, principalmente de Egipto, Siria y Afganistán, fueron reconocidas como refugiadas por Japón el año pasado.
El ministerio permitió que otros 45 permanecieran en el país por razones humanitarias. (International Press)
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