En agosto de 2015, Shogo Ota (51), ejecutivo de una empresa de bienes raíces, le dio dos opciones al funcionario de una compañía de venta de automóviles: pagarle el dinero que adeudaba o cortarse un dedo.
Días más tarde, el funcionario se cortó el meñique de la mano izquierda.
A casi dos años y medio del incidente, la policía de Tokio arrestó a Ota por forzar al hombre a mutilarse un dedo.
El ejecutivo acusado de coacción declaró a la policía que le dijo al deudor que se cortara el dedo, pero como “broma”.
La víctima tenía deudas acumuladas por 20 millones de yenes (alrededor de 184 mil dólares) con la compañía de Ota.
El año pasado, la policía arrestó a la víctima por vender un Lamborghini que era propiedad de una persona que le había prestado el vehículo. (International Press)
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