En octubre pasado, un descubrimiento conmocionó a la sociedad japonesa: un hombre llamado Takahiro Shiraishi asesinó y descuartizó a nueve personas (ocho mujeres y un hombre), muchas de las cuales habían expresado en Twitter pensamientos o inclinaciones suicidas. Shiraishi logró atraerlas a su apato en Kanagawa, donde las asesinó.
La policía arrestó en Tokio a un hombre de 28 años que intentó imitarlo. Por suerte, la víctima logró huir, informó la agencia Kyodo.
La víctima, una adolescente, exteriorizó pensamientos suicidas en Twitter. El hombre le envió un mensaje para decirle que él podía asesinarla.
La chica fue a la habitación que el sujeto, Kazunari Saito, ocupa en una residencia de la empresa para la cual trabaja repartiendo periódicos.
El martes, Saito intentó estrangularla con una cuerda. Al día siguiente, en la mañana, la menor huyó del lugar aprovechando que el hombre había ido a trabajar.
Una vez libre, la chica llamó a su papá.
La policía atrapó a Saito, que dijo que había intentado matar a la chica porque ella se lo había pedido. (International Press)
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