Setsuko Thurlow tiene 85 años y sobrevivió a la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945.
Convertida en una activista antinuclear, la mujer contribuyó a que la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) fuera galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2017.
Antes de la ceremonia de premiación en Oslo, la mujer, que hoy reside en Canadá, criticó al gobierno de Japón por negarse a formar parte del histórico tratado global de prohibición de armas nucleares aprobado en julio y promovido por ICAN.
Japón tiene «una responsabilidad moral», como el único país que ha sufrido ataques con bombas atómicas, en la tarea por eliminar las armas nucleares, dijo. Que el gobierno nipón haya decidido no adherirse al acuerdo, ignorando el deseo de los supervivientes y los ciudadanos, es un hecho desafortunado, añadió.
Aparentemente, el Ejecutivo nipón se abstuvo de firmar el tratado por su dependencia de la protección nuclear de Estados Unidos.
Los bombardeos atómicos fueron un «sufrimiento humano inaceptable», subrayó la mujer, quien resaltó la necesidad de transmitir los recuerdos de los sobrevivientes para que la catástrofe no se repita.
Por otro lado, Thurlow instó con firmeza a los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte a nunca utilizar armas nucleares y a negociar sin lanzar amenazas. (International Press)
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