El presidente de Toray Industries, Akihiro Nikkaku, cree que las compañías japonesas deben revisar prácticas, que asumidas como costumbre, han derivado en varios escándalos de falseo de datos que han afectado a grandes empresas, entre las que se incluye una de sus subsidiarias.
En una entrevista con el diario Nikkei publicada hoy, el jefe del fabricante textil nipón defendió la necesidad de «llegar a algún tipo de criterio nuevo» para alcanzar un acuerdo de compra entre proveedor y cliente, incluso cuando los productos no tienen la calidad pedida pero son seguros y así evitar estos casos.
El sistema de estándares industriales japoneses permite a los fabricantes enviar a sus clientes productos cuyas especificaciones como la dureza o las dimensiones están por debajo de lo solicitado, siempre que tengan el consentimiento del comprador, una práctica conocida en el país asiático como «tokusai» (aceptación especial).
La relación «de confianza» proveedor-cliente en Japón favoreció la aparición del «tokusai» porque los compradores sabían que los productos eran de buena calidad incluso sin las especificaciones pactadas, pero en Occidente estas prácticas «dan la impresión de estar usando productos de baja calidad», explicó Nikkaku.
Varias compañías niponas, entre ellas la metalúrgica Kobe Steel y tres subsidiarias del fabricante de materiales para la construcción Mitsubishi Materials, habrían aprovechado esta costumbre legal para encubrir el falseo de los datos técnicos de materiales que se vendieron peor de lo solicitado sin el conocimiento del cliente.
La filial de Toray de tejidos de goma usados en la industria del motor, Toray Hybrid Cord (THC), fue la última en sumarse la semana pasada a los escándalos, después de revelar que dos supervisores del control de calidad falsearon los datos de tejidos para neumáticos, mangueras automotrices y tejido de papel entre 2008 y 2016.
La manipulación de las especificaciones no afectó a la seguridad del producto pero la supervisión de la calidad del producto es «lo más básico de lo básico», dijo Nikkaku, quien agregó que «no se puede tolerar» la venta de productos que carecen de las características especificadas y volvió a pedir disculpas por la conducta irregular.
Nikkaku cree que el mal uso de esta práctica podría solucionarse revisando los criterios actuales de contratación e incluyendo, por ejemplo, términos de compra por separado para diferentes grados de calidad, lo que eliminaría las áreas grises sobre los niveles aceptables y facilitaría el control de calidad. (EFE)
Be the first to comment