De nada valieron los pedidos de Japón. El alcalde de ciudad estadounidense de San Francisco, Edwin Lee, firmó un documento que oficializa la aceptación de una estatua que simboliza a las miles de mujeres asiáticas que fueron forzadas a prostituirse por el ejército japonés antes y durante la Segunda Guerra Mundial, informó la agencia Kyodo.
El gobierno japonés solicitó a Lee que rechazara la donación de la obra, mientras que el alcalde de Osaka dijo que rompería su relación de ciudades hermanas con San Francisco si daba luz verde a la decisión de la asamblea de la ciudad estadounidense de aceptar la estatua. Lee no usó su poder de veto para revertir la decisión.
Antes de conocerse la decisión del alcalde, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, calificó como «extremadamente lamentable» la votación de la asamblea de San Francisco.
La estatua representa a tres niñas, una china, una coreana y una filipina, tomadas de la mano, y nació de una organización privada chino estadounidense.
Aunque en 2015 Japón y Corea del Sur alcanzaron un acuerdo histórico para resolver de manera definitiva e irreversible el tema de las esclavas sexuales, mediante el cual los japoneses destinarían mil millones de yenes (unos 8,9 millones de dólares) a un fondo de apoyo a las víctimas, la situación no se ha resuelto, pues el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, alega que la mayoría de la población del país no aprueba el acuerdo. (International Press)
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