Antonio Hermosín / EFE
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prometió que pondrá en marcha una «fuerte diplomacia» en su nueva legislatura, para hacer frente a un entorno de seguridad que definió como «el más grave desde el final de la II Guerra Mundial».
Tras imponerse una vez más de forma arrolladora en las elecciones anticipadas del pasado 22 de octubre, el líder conservador nipón fue reelegido jefe de Gobierno por la Dieta (Parlamento), lo que dio comienzo a su tercer mandato consecutivo.
Abe recibió el respaldo mayoritario de la Cámara Baja, donde su partido, el Liberal Demócrata (PLD), y su socio en el Ejecutivo, el budista Komeito, lograron revalidar su mayoría absoluta de dos tercios en los comicios.
«Hemos recibido un amplio respaldo popular en las elecciones y lo usaremos para aplicar poderosas medidas económicas y una fuerte diplomacia», dijo Abe en una rueda de prensa después de ser también ratificado en el cargo por la Cámara Alta y de designar a su Gobierno.
El político, de 63 años, afirmó que Japón se encuentra «en la situación de seguridad más grave desde el término de la Segunda Guerra Mundial» y señaló en concreto «las constantes amenazas de armas nucleares y de misiles de Corea del Norte«.
El primer acto destacado en la agenda de Abe en este comienzo de legislatura será la visita del presidente estadounidense, Donald Trump, entre los próximos días 5 y 7 y que se centrará precisamente en «cómo tratar el problema norcoreano» y en «profundizar en las relaciones bilaterales de confianza», según el primer ministro.
En este sentido, apeló a incrementar la presión sobre Pyongyang para «persuadirle a cambiar su política» y subrayó que los intentos de diálogo con el país vecino «no han servido para nada durante las últimas dos décadas».
A pesar del aparente silencio armamentístico que mantiene Corea del Norte desde hace más de mes y medio y justo antes de la gira asiática de Trump, el líder nipón aseveró que el régimen comunista de Kim Jong-un «continúa con su programa nuclear y ya ha aprovechado anteriores ofertas de diálogo para rearmarse».
En el apartado económico, Abe anunció un paquete multimillonario de medidas destinadas a «revolucionar la productividad, sacar a Japón de la deflación y acelerar el crecimiento» y prometió «reformas y más reformas» para ultimar la aplicación de su programa conocido como «Abenomics».
Otra de sus grandes prioridades políticas para la legislatura es iniciar el proceso para reformar la Constitución pacifista de Japón, una controvertida iniciativa destinada a ampliar las competencias en materia de defensa del país y que permitiría a las tropas niponas ser más activas en el exterior.
El proceso, no obstante, se antoja complejo puesto que para modificar la Carta Magna es necesario contar con el respaldo de dos tercios del Parlamento y ratificar la medida en un referéndum nacional, cuando una amplia parte de la sociedad nipona se ha mostrado en contra de la medida.
La enmienda de la Constitución es «uno de los pilares de nuestro partido», dijo Abe, quien indicó su deseo de iniciar las consultas con otros grupos políticos «pronto» para poner en marcha la iniciativa, aunque evitó fijar un calendario concreto.
Con esta tercera legislatura consecutiva y la cuarta en total si se le añade su breve período como primer ministro entre 2006 y 2007, Abe se encamina a convertirse en el político con más tiempo en ese cargo en la historia de Japón.
El líder conservador decidió asimismo mantener al equipo que nombró el pasado agosto, cuando emprendió una amplia remodelación de Gabinete para salir del bache de popularidad que atravesaba el Ejecutivo por una sucesión de escándalos de amiguismo y un caso de ocultación de datos de defensa.
Permanecen así sus más estrechos colaboradores y hombres de peso en el Ejecutivo, entre los que destacan el viceprimer ministro y titular de Finanzas, Taro Aso, el titular de Exteriores, Taro Kono, el ministro de Defensa, Itsunori Onodera, y Yoshihide Suga como ministro portavoz. (EFE)
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