El alcalde de la ciudad colombiana de Medellín, Federico Gutiérrez, postuló a esta localidad como «la puerta de entrada de inversión a Latinoamérica» en un seminario celebrado en Tokio, donde busca atraer participación nipona en proyectos de infraestructuras.
Gutiérrez compareció frente a unos 60 representantes del mundo empresarial nipón y colombiano, ante los que hizo un llamamiento para participar en los proyectos abiertos en la ciudad sin perder de vista que «Medellín es la entrada a cualquier ciudad colombiana y a muchas ciudades latinoamericanas».
La ciudad y la propia región de Antioquia, de la que es capital, cuentan con varios proyectos de ampliación de su red de transportes que la convierten en un destino atractivo para el capital privado, entre ellos la construcción del corredor vial sobre la carretera 80.
«Es el segundo proyecto más ambicioso después de la construcción del Metro», con un potencial de inversión de unos 1.000 millones de dólares, aseguró Gutiérrez.
El Gobierno local estima que la finalización de este proyecto, que se encuentra en fase de estructuración y diseño y busca conectar 13,5 kilómetros de la ciudad mediante tren o tranvía ligero, llevará entre 8 y 10 años, con vistas a que esté en funcionamiento en 2030.
Medellín, la segunda ciudad colombiana en importancia después de Bogotá, también afronta una ampliación de la red del teleférico de El Pinacho, un proyecto valorado en unos 80 millones de dólares.
La recuperación del centro, de espacios públicos como parques, y de la red de trenes, autopistas y de comunicación logísticas, son otros de los potenciales destinos de inversión extranjera.
El alcalde de Medellín dijo ser un «convencido» de que el sistema de transportes, además de su función instrumental, es «una piedra angular para el desarrollo social».
Pese a que Medellín obtiene el 25 % de su presupuesto de empresas públicas, Gutiérrez consideró que «llega un momento en el que para seguir avanzando es necesaria la inversión privada», y dentro de esta, es importante «estimular la inversión extranjera».
El alcance antioqueño lamentó que en la mente de muchos quedara «la imagen mala de Medellín», aquella que llegó a ser la ciudad más violenta del mundo en 1991 por factores como la desigualdad social y el narcotráfico, pero que supo levantarse tras «tocar fondo».
Gutiérrez estuvo acompañado en el seminario por miembros de la delegación colombiana en Japón, entre ellos el embajador Gabriel Duque, quien durante su intervención se mostró optimista de que «el momento histórico» por el que está pasando Colombia «elimine los problemas de percepción que hay sobre el país». (EFE)
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