El Gobierno de Japón felicitó hoy al escritor británico Kazuo Ishiguro por obtener el Premio Nobel de Literatura y destacó sus raíces niponas, al igual que los medios nacionales, que dedican un espacio destacado al autor nacido en Nagasaki.
«Queremos felicitarle y nos alegra mucho que alguien de origen japonés tenga éxito en el extranjero, porque probablemente haya tenido que superar muchas dificultades para conseguirlo», dijo hoy en rueda de prensa el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, emitió un comunicado en el que felicita a Ishiguro y destaca que el autor es originario de la ciudad de Nagasaki (sudoeste del archipiélago nipón) y «cuenta con muchos aficionados» en Japón.
La concesión del Nobel de Literatura a Ishiguro acapara hoy las portadas de los principales periódicos nipones y la apertura de los informativos, en los que se destaca la conexión del escritor con su país de origen y sobre todo con su ciudad natal.
Muchos subrayan que en su debut como novelista, «Pálida luz en las colinas» (1982), el autor nacionalizado británico retrata la vida en Nagasaki tras la bomba atómica lanzada en 1945 al término de la II Guerra Mundial, lo que ha contribuido a mantener viva la memoria sobre la tragedia.
«Es un honor para nosotros que Nagasaki suponga una parte vital de su obra», dijo el alcalde de la ciudad nipona, en una rueda de prensa recogida por la agencia nipona Kyodo.
Los medios nipones se hacen eco de la gran influencia que han ejercido sobre su estilo literario las novelas de Junichiro Tanizaki y los filmes de los realizadores Yasujiro Ozu y Mikio Naruse, reconocidos por el propio Ishiguro como sus referentes.
«Sus libros son ampliamente leídos en el mundo porque siempre hay temas universales detrás de su particular estilo de escritura», señala por su parte el responsable de las ediciones niponas de sus obras, Akira Yamaguchi, de la editorial Hayakawa, quien también considera que el premio es «más que merecido», en declaraciones a Kyodo.
Asimismo, el diario Mainichi recoge el testimonio de la exprofesora de preescolar del autor, Hiroko Tanaka, de 91 años, quien afirma que Ishiguro «era un niño tímido, tranquilo y gran lector de libros infantiles».
La Academia Sueca premió en la víspera a Ishiguro por la «fuerza emocional» de sus novelas, una decisión que generó una gran sorpresa al no figurar el británico en ninguna de las listas de favoritos, encabezadas por el japonés Haruki Murakami, el keniano Ngugi Wa Thiong’o, el israelí Amos Oz o el sirio Adonis, entre otros autores.
El galardonado nació en Nagasaki en 1954, pero se mudó con su familia a los cinco años al Reino Unido, donde se graduó en Inglés y Filosofía en la Universidad de Kent e hizo un curso de escritura creativa en la de East Anglia.
Entre sus obras destacan «Un artista del mundo flotante» (1986), «Los restos del día» (1989), galardonada con el Premio Booker y adaptada al cine, o «Nunca me abandones» (2005). (EFE)
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