El viernes Japón despertó con una inquietante noticia: un misil lanzado por Corea del Norte sobrevoló territorio japonés y cayó en el Pacífico, a 2.200 kilómetros de la prefectura de Hokkaido.
Por segunda vez en menos de un mes, se escucharon sirenas, advertencias por altavoces y alertas telefónicas. El segundo misil.
AFP recogió testimonios de residentes de Hokkaido.
«Es realmente aterrador. El gobierno nos dice que huyamos a edificios sólidos, pero no podemos hacer eso rápidamente. Nuestros colegas en alta mar nunca pueden ponerse a cubierto», dijo Yoichi Takahashi (57), un funcionario pesquero.
«Nos ha pasado dos veces… Tendremos días inquietos a partir de ahora», añadió.
Isamu Oya (67), propietario de un restaurante de sushi, declaró a AFP: «El gobierno nos dijo que nos refugiáramos en un edificio sólido o bajo tierra, pero no hay uno por aquí. No tenemos otra opción que no hacer nada. ¿Miedo? Sí, pero no podemos evitarlo”.
También existe el temor entre los residentes de que los constantes lanzamientos de misiles perjudiquen el desarrollo local.
«Tenemos miedo de que esto pueda tener un impacto en nuestra vida, desde la pesca hasta el turismo», dijo Hironori Matsura, un funcionario municipal.
Sin embargo, pese al miedo y la preocupación, la gente sigue adelante. Yoshihiro Saito, que trabaja en el pueblo pesquero de Erimo, dijo que aunque en su comunidad el tema de conversación dominante es el terror despertado por el misil, «en realidad, nadie ha hablado de parar su trabajo o suspender sus operaciones». (International Press)
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