En el año fiscal 2009, el municipio de Gifu decidió prohibir el ingreso de residentes extranjeros al cuerpo de bomberos al considerar que las actividades de estos podrían ser rotuladas como “ejercicios de la autoridad pública”.
En abril de 2016, un ciudadano turco solicitó unirse a los bomberos, pero fue rechazado debido a la norma establecida siete años antes.
La prohibición se habría mantenido de no haber intervenido un miembro de la asamblea de la ciudad de Gifu, Nobuo Hotta, quien al enterarse de que el turco fue rechazado decidió poner manos a la obra en junio de 2016 para eliminar el veto.
Poco más de un año después, el esfuerzo de Hotta rindió frutos: el municipio de Gifu decidió levantar la prohibición, lo que significa que los residentes extranjeros podrán ser bomberos, informó Asahi Shimbun.
Un funcionario local dijo que aceptar extranjeros no solo ayudará a atenuar la escasez de bomberos, sino que además será beneficioso en la búsqueda de fortalecer la resiliencia ante los desastres en “esta multicultural e inclusiva sociedad”.
El municipio de Gifu no ha podido contactarse con el turco (ojalá se entere de lo que ha contribuido a conseguir).
Los cuerpos de bomberos son responsabilidad de los municipios. Sus miembros suelen estar de servicio a tiempo parcial debido a sus trabajos. Según Asahi, en algunos municipios hay bomberos extranjeros. (International Press)
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