Los ancianos suelen ser las víctimas elegidas por los estafadores en Japón. Son los más vulnerables. Sin embargo, los adolescentes también pueden caer.
Yomiuri Shimbun dio a conocer el caso de una estudiante de primer año de secundaria en la prefectura de Wakayama que perdió 200.000 yenes (alrededor de 1.800 dólares) por una estafa.
Todo comenzó cuando la chica recibió un email en su smartphone en el que le decían que podía ganar dinero escuchando los problema de otra persona. Así de simple.
La estudiante intercambió mas de cien correos electrónicos con un hombre desconocido que le dijo que para ganar 20 millones de yenes (unos 180.000 dólares) antes tenía que depositar 200.000 yenes por “costos de transferencia”.
La chica picó el anzuelo. Encontró el dinero en su casa y realizó la transferencia.
El monto robado mediante esta modalidad de estafa, en la que se engaña a la víctima a través de diversas argucias para que deposite grandes sumas de dinero en una cuenta bancaria fraudulenta, ascendió a aproximadamente 40 mil millones de yenes (casi 362 millones de dólares) el año pasado, según la policía. (International Press)
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